Sexy Cliché es una serie de obras en diferentes formatos inventada para subliminar las posibilidades del erotismo neoliberal. Ni el amor, ni la fé. Ni la paz, ni el punk rock. Ni la genialidad, ni la manipulación pura. No se moverán, permanecerán intactos sobre la abulia y el absurdo egotismo.
La serie esta formada por una trilogía de obra: un video, un texto y una imágen fotográfica. La pieza de video Afrodita Murió fue estrenada en el espacio Economìa Doméstica (proyectoed.wordpress.com/), dentro de un conjunto performático que además de la pieza de video parte de la serie, presentó una selección de discos de vinilos y un chupe de mariscos para celebrar la muerte de Afrodita, como metafora del duelo amoroso.
Sexy Cliché is a series of video pieces invented for the possibilities neoliberal subliminal eroticism. Neither love nor faith. Neither peace nor punk rock. Neither genius nor pure manipulation. They will not move, will remain intact on the absurd apathy and egotism.
Afrodita Died was presented in Domestic Economy space (proyectoed.wordpress.com/) within a performative set in addition to the piece of video of the series, presented a selection of vinyl records and suck seafood to celebrate the death of Aphrodite, as a metaphor for love duel.
El texto Prólogo innecesario fue escrito tras el año nuevo de 2015 a 2016 como parte de la serie en diferentes formatos y publicado por la plataforma internacional Circulo A, en enero de 2016. (http://www.circuloa.com/prologo-innecesario-de-angie-saiz/)
PRÓLOGO INNECESARIO
Como todos los años el movimiento perturba. Ollas resuenan y titilan en frecuencia con los roces de apuros ni igualados. El chillido de la tetera mil veces, el bis constante del corte en tabla, la ansiedad del primer trago, deseos ridículamente felices.
El paso hacia el otro lado se parece a esa fuga mutua con la amiga de chica que vivía después de la pandereta de atrás en la dormida cuidad de Antofagasta, nos quedábamos allí en la fronteriza conversación de infancia que pretendía evadir toda prisión de dictadura provinciana. Escaleras chuecas y el grito de llamado nos encontraban. Esa fuga cotidiana no prometía, cortaba, no sé cómo, lo que había con lo que podía haber, así como los incidentes trágicos cambian el estado de las cosas y sus consecuencias posteriores. Toda posibilidad de cambio pulsa si se existe sin lugar; esa búsqueda determinante a través de escaleras de hechura incorrecta y de radicalidad propia es, sin quererlo, una utopía revolucionaria en sí misma. El cambio, la movilidad, el quedarse o el partir, encuentra su real salida a través del tiempo y los intersticios descoloridos, como cuando se embalan cajas que no se abrieron más y que se olvidan en lo alto de algún espacio secundario.
No olvidar que no hay avance sin punto de partida. El nuevo año, el nuevo viaje, la tautología del inicio.
Despertados temprano, moviendo todo de forma que no estuviera rutinaria y ordinariamente organizado como a diario, parecía que algo cambiaría: las apariencias engañan. Una descongela el pavo, otro pelea con los arreglos de llaves y cañerías, varios se quedan arranados contemplando la sobre excitación de los que no pueden estarse quietos, los jóvenes inútiles y desanimados manosean toda la tarde el play station, mientras la mayor no termina nunca de preparar el caldo de festejo. Mi mamá decía que antes de las doce había que tener todo absolutamente limpio: ropa, sábanas, platos, pisos y muros. Por dentro, ni hablar. El paso, el cruce, ya viene prometiendo siempre renovación, radicalidad revolucionaria per sé.
De esa misma manera, en el coqueteo con la muerte, cuanta historia bíblica y retórica católica existe intenta convencer de que ese otro paso hacia el más allá le da sentido a todo; la paz que no se encuentra, el paraíso por siempre, el perdón sobrehumano y la vida eterna. Si se pudiera confirmar, nadie hablaría más de aquello ni serviría tontamente para cálculos económicos y corruptos; esa fe dispara el ahora soslayado por lo que aún no vendrá en una espera dulce y seductora. Desde el aquí, lo nuevo, la reinvención, las segundas, terceras y cuartas oportunidades son también una fuga, un arrepentimiento disfrazado de celebración pero que esconde también la desesperación por volver al punto de partida, o como se exhibe en el cliché, partir de cero tras el borrón y cuenta nueva.
Se desarmó la maleta tres veces, cuando se va hacia el anonimato transeúnte, por barrios, rostros, olores, vientos y ruidos nunca vistos, no se sabe bien que llevar o que dejar; finalmente la fuga es la búsqueda de lo incierto en la noción de abandonar el nombre propio por el apodo futuro y lo que no se sabe más. Desde el trauma, el miedo y el sin sentido miles de miles escapan, otros cuantos resisten y encapsulan el andar de la no pertenencia y el global estado migratorio, en ese abandono del espacio de comodidad y confort familiar (o de la vida en terror) se acerca la verdad de un futuro imperfecto y la ambivalencia en crisis constante de un listado que ahorca,
consagrar/comenzar
capitalizar/arriesgar
amarrar/dejar
descabezar/acumular
revolución/comodidad
fácil/oficio
réplica/protocolo
verdad/publicidad
anonimato/reconocimiento
apariencia/omisión
plan/azar
interesante/común
desilusión/independencia
espectáculo/rutina
retórica/realidad
desborde/puntería
virtualidad/recorrido
trinchera/campo abierto
resistencia/vacío
academia/praxis
deambulo/escondite
… / …
Como tercer componente de la trilogía de obra, la pieza fotográfica Travesti fue realizada durante el proceso de residencia en R.A.T. Residencias Artísticas por Intercambio, en el primer semestre de 2016.